jueves, 24 de abril de 2008

Por culpa de un Chaleco

En un frío día de invierno, cuando todos habían salido de clases de filosofía. Pilila y Félix sin nada que hacer y para matar el tiempo, partieron a la Biblioteca del liceo con el propósito de revisar el periódico de aquel día, antes de continuar con la siguiente clase. Ojearon la columna deportiva, en la cual le daban una amplia cobertura al triunfo que tuvo el día anterior la “Universidad de Chile” y que, por tanto, le permitió sumar una nueva estrella en el campeonato nacional, de los cuales ambos seguían con mucha pasión. Junto con ello, fueron comentando los mejores pasajes del partido, de lo bien que jugo el equipo, de las celebraciones y los festejos… Así pues, estaban tan entusiasmados, que ni siquiera se dieron cuenta de la hora que era. De manera, que volvieron a la sala sin muchas ganas, como si nada tuviese importancia.

Mientras caminaban, distinguieron a lo lejos al profesor de Matemática, que iba cruzando el patio con dirección a la sala de profesores. Mientras se acercaban a él, Félix se percata que trae consigo un chaleco nuevo, ustedes se preguntaran que importancia tiene que ande con un nuevo chaleco, les explico. Este profesor en particular no era de aquellos que le gustaba variar un poco su estilo, o estar mas actualizado a los nuevos tiempos, ya que, la que se encargaba de eso era su madre, la cual todos sabían. Félix le comenta a su amigo:

Félix: ¡cacha al profe trae un chalequito nuevo, de color lila. Nadie puede andar con un chaleco así! Pero no es cualquier chaleco. Te apuesto que se lo hizo la mamita!

Pilila: estaba bueno yapo! Porque el anterior que tenía no se lo sacaba ni pa dormir.

Se largaron a reír, Félix fue más lejos al gritarle descaradamente “¡Rico el chaleco! y ¡tejido por la mamita! Estando el profesor a pocos metros de donde estaban ellos. Por lo mismo, Pilila atino hacer callar a su amigo, sabiendo las consecuencias que esto les podría traer.

Sin embargo, efectivamente el profesor los había escuchado y se dirigía hacia a ellos.

Ambos siguieron caminado y hablando como si nada. Antes que todo, Pilila se le pasó por la mente, pues, que tal vez el profesor, lo iba inculpar a él, en vez, de su amigo por haberle gritado. Y así fue, el profesor se acerco a él, mientras que Félix, siguió caminado haciéndose el desentendido, éste preguntaba con vehemencia; cual era la necesidad de estar molestando a un profesor y si el chaleco fuese o no tejido por su madre, cual era el problema? Pilila del asombro apenas pudo responder, quedo perplejo sin poder hablar. Sólo miraba a Félix, quien en aquel instante ya no era su amigo, permanecía unos metros atrás del profesor, esperando reconociera su error y digiera la verdad. Eso no sucedió, Pilila después de esta situación fue suspendido por dos días. Pilila no volvió hablar con Félix

Pilila.

No hay comentarios: